El Rincón del Pensamiento

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La Hija del Sol


 

Creo que no hay etapa más enigmática, ambiciosa y única que la época del faraón Akhenatón. Todo lo que tiene que ver con él es muchas veces pura hipótesis.

El que fuera llamado el Faraón Hereje, lo fue por algo. Su oposición a todo aquello en lo que en su época era la verdad, le llevó a acabar en el olvido. El poder de Amón era demasiado grande y demasiado poderoso. Tratar de cambiar todo lo que tenía que ver en torno a él, debió ser algo titánico.

Ambientada en Egipto del 1350 a.C. Nacho Ares nos traslada en su nuevo libro a ver aquella época desde los ojos del que intentó quitarle los privilegios al clero de Amón para dárselo al culto de Aton, el dios Sol creando incluso una nueva capital para tal efecto.

La plaga, la avaricia, las conjuras y el clero llevado por las ansias de poder, llevaba al límite a la ciudad de Uaset, la capital del imperio egipcio entonces.

El faraón Akhenatón al subir al trono, dio un vuelvo a todo lo hasta ahora conocido. Y lo hizo desde los consejos y la mano de una mujer, su hermana Isis.

No sé que me gustó más, si ver en cada pasaje de cada capítulo y cada párrafo esa descripción de un Egipto vivo, con sus templos, sus vestimentas, sus personajes, (conocidos o inventados para la ocasión) sus monumentos… o que tras la figura del poderoso Akhenatón, estuvieran los consejos de su hermana Isis, lo que le llevó a hacer lo que hizo hasta el límite.

Un maravilloso escenario con una maravillosa visión de aquello que en mi imaginación puedo ver gracias a como Nacho Ares relata con delicadeza y maestría en un campo que le maravilla tanto como a mi.

Gracias por un libro más.


Naledi


Portada de National Geographic - Mark Thiessen

Portada de National Geographic – Mark Thiessen

Creo que existe una idea romántica a todo lo que envuelve la arqueología. Y si lo creo es porque yo misma he sentido esa sensación frecuentemente. Ya sabéis, esa idea de descubrimiento de objetos, o restos arqueológicos que den la vuelta al mundo. O encontrar la localización de lugares perdidos en los anales del tiempo. O buscar, en modo Indiana Jones tesoros ocultos o salvar en modo Lara Croft pequeños rincones de historia antigua con la idea de que sean vistos por millones de personas en un museo. Todo ese marco es el que te empuja (al menos en mi caso) a saber más y más sobre las preguntas del tipo ¿quiénes somos? o ¿de dónde venimos?

Con el tiempo, también en mi caso, esas ideas románticas siguen ahí pero aprendes a controlarlas porque también aprendes con el tiempo que la arqueología y todas sus ramas de fácil, no tienen nada. Como ciencia que es, cambia y lo hace constantemente, como debe ser. Todo lo que tenemos, hasta ahora sobre nuestros ancestros, son hipótesis. Muchas de ellas marcadas en lógica pero hipótesis al fin y al cabo y por tanto jamás pueden ser dadas como verdades. Dogmatizar la ciencia es un error, un error que puede ser entendible por el mero hecho de ser humanos y tener la necesidad imperiosa de defender nuestras ideas, o nuestras teorías. Pero la historia ha demostrado una y otra vez que el fundamentalismo científico detiene en seco al científico y le impide avanzar.

La arqueología y la paleontología, sin duda alguna no son diferentes a otras ciencias. Creo que una cosa es la ciencia dedicada, por ejemplo, al estudio de una enfermedad y su cura, o el estudio del Universo y lo que hay más allá de lo que nuestros telescopios pueden ver. Cualquiera de estos dos ejemplos es una vista a un futuro, en el que los adelantos científicos en otras ciencias, sirven de ayuda y apoyo para conocer ese futuro. Pero el estudio del pasado, el saber qué ocurrió en un asentamiento, en una cueva con restos arqueológicos antiguos, es harina de otro costal. Aún así, se formulan hipótesis como en toda ciencia, y aun así hoy pueden ser evaluadas y pasar esas evaluaciones con lo que se sabe hasta ahora pero mañana… quizás eso puede cambiar y tener que replantearse el esquema por completo.

Un esquema gigantesco de un puzzle gigantesco.

Un rompecabezas en donde se debe de tener siempre la mente abierta a cambios. Pero esos cambios sólo pueden darse con datos en la mano, y eso no siempre es posible en el estudio del pasado, pero no por ello los hallazgos son menos importantes, ojo, simplemente hay que sopesarlos, y buscar la forma de dar sobre todo y por encima de todo, una datación. Que nadie quita el mérito a los hallazgos encontrado, sea dicho de paso.

Hoy en día, inevitablemente también, estamos sometidos a una presión mediática. En la era en la que las noticias vuelan por internet y lo que hoy es noticia, mañana deja de serlo es algo que antiguamente no pasaba. Si algo tenía tirón podía mantenerse en el ojo de la noticia durante meses, hoy… durante unas pocas horas.

Creo que justamente esto es lo que está pasando con la noticia que ha saltado a la palestra esta semana, respecto al descubrimiento que se ha hecho eco en todos los medios de comunicación. Conste y quede claro, que es mi humilde opinión desde la más absoluta ignorancia en comparación con la sabiduría que el equipo de investigadores de 43 instituciones distintas de todo el mundo ha presentado esta semana. Sea como fuere, no soy más que una simple amateur, loca por la arqueología y la historia antigua así como por los descubrimientos, que los que sí saben, encuentran oculto en nuestro planeta. El caso, es que la noticia que ha dado la vuelta al mundo, ha sido la información del estudio dada por este grupo de científicos que ha sacado a la luz (y por todo lo alto) el descubrimiento realizado en octubre de 2013 en una pequeña cámara de una cueva llamada «Rising Star» a unos cincuenta kilómetros al noroeste de Johannesburgo, en Sudáfrica. Esta cueva se ha localizado a casi cien metros de la entrada y a unos treinta metros de profundidad. Según los estudios de la zona, el lugar siempre ha estado a oscuras en el fondo de la cueva desde hace millones de años.

En el lugar se han localizado unas 1.510 piezas correspondientes al menos a 15 individuos, siendo la mayor acumulación de restos de una especie humana prehistórica en África. En el resto del mundo, tan sólo la Sima de los Huesos en Atapuerca, Burgos, del que se han sacado más de 5.000 piezas de 30 individuos distintos, le supera.

Los restos están ahí, es inamovible. El descubrimiento por la cantidad es muy importante. Pero falta algo, algo que al menos a mi, me han enseñado que es básico en esta ciencia antes de aventurarse a lanzar tan siquiera una hipótesis, y es su edad. Y me temo, que esto es muy importante. Aún así, está claro que el descubrimiento va a dar mucho que hablar y sin duda, con esa datación hecha, quizás tengamos que volver a replantear nuestros esquemas.

A vista de todos, la presentación de los fósiles al mundo sin dar una datación ni tan siquiera aproximada queda, al menos para mi, en mera especulación. Es cierto que el estudio realizado a todo lo encontrado en estos dos años es muy importante. Los paleontólogos han podido gracias a la ciencia de hoy en día saber que medía metro cincuenta y pesaba unos cincuenta kilos. Que tiene rasgos que sin duda parecen humanos. Que los huesos de la mano parecen indicar que podían utilizar herramientas. Y que los pies, con el dedo gordo alineado con los otros cuatro le hacía apto para caminar en ver de agarrarse a las ramas, por lo que parece ser que podría ser bípedo. Era poseedor de dientes incisivos pequeños y un cráneo redondo donde alojar un cerebro parecido al nuestro. Por otra parte, la curva de los dedos de las manos es apta para moverse aún por las ramas, el hombro y el tórax confirman que pasaban mucho más tiempo en los árboles que en el suelo. Con esa idea en la mezcla de estas dos evidencias, los científicos creen que por tanto, debe de ser una de las especies más antiguas del género humano. Para ello además, ponen sobre la mesa sus grandes molares, que son más propios de los Australopithecus que de los humanos en sí, igual que su pequeño cerebro. Su capacidad de 513 cm3 ciertamente supera el de cualquier Australopithecus, pero queda bastante por debajo de cualquier otra especie humana posterior.

Todos estos datos aportados por las evidencias físicas (los huesos en sí) son importantes, pero no suficientes. Queda la parte básica e incomprensible (a medias) de este descubrimiento, bautizado como Homo Naledi («Naledi» quiere decir estrella en sesotho, una lengua local). Por que sí, ya tiene nombre, y se le ha incluido en un género, el homo… sin tener aún su datación aunque sea aproximada y teniendo en cuenta los datos que se han podido obtener de su morfología (masticación, locomoción y manipulación) y aunque posea detalles que lo harían encajar dentro del grupo Australopithecus. Y es que, todos los restos además de aparecer en una cueva oscura, no incluyen restos animales cerca, lo que facilitaría bastante su datación y lo que ha llegado a pensar que no lo tienen porque, fueron enterrados, algo que sí hacia el género homo y no lo hacían sus antecesores.

No quiero que todo esto se vea como una crítica al completo, porque no lo es, y menos viniendo de alguien que sea como fuere, es sólo una simple aficionada. Quiero insistir en que para avanzar en esta ciencia hay que descubrir, y sin duda alguna es un gran descubrimiento. Pero aportar o lanzar hipótesis al viento sin pruebas tales como una datación, es tirarse piedras al propio tejado. Creo, humildemente, que se han aventurado a soltar hipótesis, en vez de sencillamente mostrar datos, que es lo que tienen realmente mientras no sepan la edad de los fósiles.

Datar es lo más difícil que un arqueólogo o antropólogo puede hacer sin duda alguna, y no puede hacerse a la ligera. El hecho de localizar estos restos en una zona donde la datación se complica aún más por no existir restos de otras especies de animales o plantas, lo hace un reto mayor aún. Que los restos pueden acoplarse por tipo a uno su otros es lo que se ve, pero lo que no se ve, el pasado en sí, el momento, es lo más complicado. Pero sin duda, también lo más bonito, rellenar el puzzle.

Hoy día ya tiene nombre la rama de estudio que podría arrojar luz a toda esta amalgama de datos físicos: el estudio Tafonómico. La Tafonomía es una rama de la evolución humana. Con ella, arqueólogos y paleontólogos tratan de averiguar lo que pudo suceder en tiempos muy remotos desde el momento de la muerte de los seres vivos hasta que sus restos fósiles son desenterrados. Esta ciencia estudia pues como se formó el fósil que se ha localizado y cómo se ha formado todo un yacimiento. Al principio esta rama vista por alguien totalmente ciega como yo podría decirse que me parecía mágica, y siempre pondré el mismo ejemplo para entenderlo. Sólo hay que echarle un poco de imaginación.

Año 2115… Vamos a suponer que la Humanidad no se ha extinguido y el planeta aún nos acoge. Pero vamos a suponer también, que se ha producido algún tipo de holocausto que ha diezmado la población, nuestros recursos, y que hemos tenido que mantener nuestra historia mediante el boca a boca perdiéndose tras el holocausto mucha información sobre la historia que teníamos. Echemos de nuevo imaginación y pensemos que de los humanos que aún existen, se ha creado un grupo élite de científicos que tratan de esclarecer nuestra historia antigua (la de nuestro presente vaya). Y en una de las excavaciones que realizan, se topan con una estatua de mármol gigante de una persona, ataviada de forma extraña y que señala con su dedo hacia el horizonte… ¿Qué interpretaciones se pueden dar al respecto de algo así? Seguro que se nos pasan montones por la cabeza. Que se ajuste a la realidad que conocemos del ejemplo, es otra historia. El contexto en arqueología lo es todo. Y la datación y la tafonomía van cogidas de la mano. Este ejemplo es de lo más absurdo porque nuestra estatua ni siquiera es un resto biológico (como lo son los restos fósiles encontrados), pero sí sirve para entender que rellenar los huecos, de fácil no tiene nada. Es casi…Magia.

Espero que los estudios que se están haciendo y en los que España está incluida, con sus grandes expertos en la materia, desde el MNCN (Museo Nacional de Ciencias Naturales), así como los grandes expertos que trabajan en la Sima de los Huesos de Atapuerca, en Burgos, den a la luz los trozos del rompecabezas que nos faltan. Ellos con total seguridad dejaran a un lado todo lo que tenga que ver con adelantarse a la información mediática para centrarse en acercarse a las hipótesis que aclaren la situación en que se han encontrado. Interpretar qué pasó, como llegaron aquellos individuos a ese lugar sin evidencias depredatorias ni carroñeras, cómo murieron, quién acabó con sus vidas y cómo acabaron allí es todo un reto. Y estudiando cómo se creó el fósil encontrado, desde que ocupó ese espacio hasta el día en que se encontró, arrojará luz al cómo, cuando y por qué estaban allí.

Al «Homo Naledi» le queda una larga caminata a partir de ahora. Y aunque mi opinión diga que quizás se han adelantado demasiado a lanzar hipótesis sobre los restos estudiados hasta ahora, lo bueno de esta ciencia es que tarde o temprano, esa datación lo dirá todo.

Imágenes en HD de los restos de Naledi

Reportaje en la revista ELifeSciences Sobre Naledi

Reportaje de la Revista National Geographics


Lo que un día fue… mañana volverá a ser


Puedes leer, buscar e informarte sobre el trabajo de un arqueólogo. Puedes haber leído sobre esos grandes descubridores de todos los tiempos que contemplaron por primera vez culturas que hoy forman parte de los libros de texto (Carter, Champollion, Mariette, Schliemann…) y sin los que a día de hoy, no podríamos contemplar sus hallazgos en todo el planeta. Puedes haber visitado museos de muchos rincones del planeta y contemplado piezas de increíble belleza de épocas remotas. Puedes haber memorizado épocas, faraones, reyes, emperadores y haber imaginado como serían sus hogares, sus palacios, o sus imperios.

Todos estos detalles, se pasan por la cabeza cuando contemplas un objeto prehistórico recuperado y conservado, quién lo hizo, cómo se hizo, para qué se hizo, dónde se hizo o por qué se hizo… Un arqueólogo es un periodista: uno que busca de verdad La Verdad. Que debe ser sincero con lo que descubre y mostrarlo tal cómo es, sin que su ideología, su política o la influencia de terceros pueda modificar esa verdad de un pasado, para un futuro.

Puedes estar toda la vida empapándote con cada momento de la Historia del Planeta, del antes del Hombre y de su camino a lo que hoy somos. Y todo lo que has leído o aprendido de repente deja de tener ningún sentido hasta que por primera vez, pones el pie en una excavación. Entonces comprendes que todo ese conocimiento se queda pequeño, y que las personas que están ahí, haciendo ese trabajo, son mucho más aún de lo que tan sólo suponías. Y que una cosa es imaginar como podría haber sido, el Mausoleo de Halicarnaso, el Faro de Alejandría o las murallas de Ilión. Y otra muy distinta, estar de pie en una prospección arqueológica donde se ha extraído pedazo a pedazo cada trozo de roca, cerámica, hueso además de un montón de arena para comprender un conjunto en un espacio de ahora, y ubicarlo en un espacio de hace siglos.

Nada puede compararse a tener la oportunidad de visitar un lugar donde los arqueólogos trabajan en ese mismo momento. En ese instante comprendes más aún, que la vida de unas personas hace siglos es importantísima y pueden dar información que a simple vista puede parecer poco importante por ser sencillamente gentes que en su día eran tan normales como cualquiera de nosotros en nuestra época.

Nunca pensé que tendría esa oportunidad, la de ver in situ una prospección arqueológica. Así que sin duda puedo decir que ha sido todo un privilegio.

La tardanza en publicar esta experiencia, se debe a que deseaba tener toda la información lo más completa posible y eso lleva su tiempo, además de la necesidad de que la propia excavación concluyera y a ser posible, se publicara.

Hoy día, casi con seguridad el futuro Hotel Boutique La Luna, se prepara para hacer del rincón elegido en el centro de Valencia, un futuro lugar en donde turistas de todo el mundo podrán alojarse en sus habitaciones y contemplar con respecto, a tiempo real el lugar que es hoy y a la vez el lugar que fue hace siglos. Y el destino, la casualidad o el universo ha dicho que lo que mañana será un hotel… hace siglos también tuvo esa misma función. Los viajeros del mañana, serán viajeros del pasado, tal y como lo fueron los viajeros de hace siglos.

La excavación realizada en ese lugar, permitió conocer varios niveles diferentes: En el nivel superior (más reciente) de principios del siglo XX, del que se han recuperado varias columnas de fundición que serán utilizadas de nuevo en el futuro edificio para deleite de los futuros visitantes del mismo. Una segundo nivel del siglo XIX bajo este primero, donde puede apreciarse una casa con varias estancias y un patio interior con pavimento empedrado de piedra de río, que era algo bastante común para el paso de los carruajes de caballos de la época. Bajo esta zona, un tercer nivel, apareció una vivienda del siglo XVII con habitaciones de suelo de baldosas típicas de la zona con hermosos colores y motivos, y por último bajo ésta y como cuarto nivel ya en época medieval, una casa de época islámica que me mantuvo en pie de los siglos XIV a XV, muy posiblemente con estancias cubiertas por alfombras y paredes con enlucido blanco, con un precioso jardín con varios árboles y un sistema de riego para el mismo.

Dejó aquí el blog de los dos arqueólogos de la excavación para aquellos que deseéis ver las imágenes tomadas de la zona a la espera de la publicación de todos los detalles encontrados (que espero poder leer… por no decir memorizar). Podéis visitarlo aquí. Si deseáis más información sobre ellos, podéis visitar también su revista digital en este otro link. Aprender de ellos es todo un lujo. A su lado, y como simple enamorada/estudiante freelance/autodidacta de Prehistoria, Historia Antigua, Arqueología y todos los campos que la rodean, uno se siente vacío de conocimiento y con una enorme necesidad de empaparse de cada detalle de conocimiento por su experiencia.

Curiosamente, al final casi de la excavación y en un rincón donde parecía clara la presencia de restos de hollín, salió a la luz lo que en un principio podría haber sido un simple horno. Quizás uno donde cocinar, o quizás donde crear bellas vasijas… al final y tras limpiarlo por completo, parece que descolocado en el tiempo, dio señales de ser una caldera de época cristiana (en un nivel intermedio entre la vivienda islámica y la vivienda del siglo XVII) que fue construida allí para dar calor a los visitantes de la fonda o posada a la que sus dueños pertenecía.

Así que la historia cierra el círculo de ésta manera…

cita: «La Prehistoria comparte con la Astronomía el privilegio poético y metafísico de dar al hombre una idea de su pequeñez, la primera en el tiempo y la segunda en el espacio».


Vivir bajo la montaña


POMPEII - The Last Day

El año 79 d.C fue un año bastante común que empezó su andadura en viernes, según el calendario juliano, que era el calendario oficial de la época. Comenzó siendo llamado «el del séptimo consulado de Augusto y Vespasiano». El emperador Vespasiano y su hijo Tito ejercían juntos por séptima vez.

No fue hasta agosto de ese año, durante los días 24 y 25 de ese mes cuando la vida de cientos de personas cambió radicalmente. La vida se detuvo para ellos, y el tiempo quedó estático para nosotros.

El 24 de agosto, entre las 12.00 y las 13.00 h, los habitantes de Pompeya miraron hacia el monte Vesubio y vieron como un extraña nube tomaba forma amenazante.

Hoy en día, hay bastantes dudas sobre lo ocurrido. Gracias a las excavaciones de las tres ciudades arrasadas por la erupción del volcán (Estabia, Herculano y Pompeya), han salido a la luz detalles que marcan nuevas ideas al respecto.

No fue hasta 1738 y 1748, cuando Herculano y Pompeya respectivamente volvieron a ver la luz. El Rey Carlos III de España, promulgó las excavaciones en la zona localizando ambos yacimientos arqueológicos que hoy en día, son conocidos y visitados por miles de personas.

En enero de 2015, hemos sido capaces incluso de poder recuperar gracias a la tecnología de Rayos X, el contenido de cientos de papiros enrollados que fueron localizados entre los restos de Herculano, y que fueron descubiertos hace 260 años y de los que no se ha podido saber hasta ahora su contendido, debido a su extremada fragilidad.

Los papiros, forman parte de la única biblioteca del mundo clásico antigua, que ha llegado a nuestros días. La biblioteca, conocida como Villa de Los Papiros, fue localizada en Herculano a finales del siglo XVIII por Karl Jacob Weber que excavó en la zona y que hasta entonces había permanecido en silencio, esperando poder ser leída. Ahora se sabe, que el estilo de escritura del rollo analizado es similar al de otros papiros herculanos escritos por Philodemus, un filósofo epicúreo. Y se cree que quizás fue redactado en algún momento del segundo cuarto del siglo I a.C.

march44georgerodger Los trabajos arqueológicos en la zona han sido constantes desde que se descubriera. Sólo la Segunda Guerra Mundial, y los bombardeos en la zona detuvieron los trabajos (y también pusieron en riesgo los restos y posibles hallazgos) Tanto fue así, que el Vesubio volvió a activarse lanzando humo y ceniza durante la guerra, y nadie le tuvo en cuenta. Los avances tecnológicos posteriores han ido dando forma a muchos detalles nuevos.

Hoy se tiene claro, que tanto Pompeya como Herculano sufrieron terremotos previos a la gran erupción que arrasó ambas ciudades. Herculano fue mucho más afectada que Pompeya dada su mayor proximidad a la ladera del Vesubio. También se baraja la posibilidad de que la erupción se produjera en otoño, y no en verano, dados los restos de las semillas y frutas que quedaron sepultadas bajo mantos de ceniza y que son más típicas de meses entre el otoño e invierno. Hasta ahora la fecha que se tenía en cuenta es la dada por Plinio el Joven, que relata lo ocurrido en sus cartas sobre la erupción del Vesubio. Él fue testigo de primera mano, dado que escribió a Tácito sobre la muerte de su tío, Plinio el Viejo, en Pompeya. Precisamente el propio Plinio comentaba que días previos a la gran erupción hubo muchos temblores en la zona. Así que dado los datos obtenidos en la excavación, es posible que la traducción de sus cartas en la Edad Media, tuvieran errores.

También es un error pensar que todos sus habitantes murieron. En Pompeya se calcula que había entre 6.500 y 25.000 personas, mientras que en Herculano vivían unos 5.000 habitantes. Teniendo en cuenta los restos encontrados en ambas localizaciones, en Pompeya se han localizado unos 2.000 cadáveres, mientras que en Herculano unos 350. Muchas casas estaban vacías, y dentro se han localizado tesoros familiares. Esto indica, que dados los terremotos producidos en la zona, hubo mucha gente que optó por marcharse antes de la catástrofe, ya advertidos previamente dadas las erupciones anteriores, pero sobre todo por los graves terremotos anteriores.

Si se ha podido hacer recuento de los cuerpos, ha sido gracias a la ingeniosa idea de inyectar escayola en el vacío dejado por la muerte, creando moldes humanos que nos han permitido saber de ellos. Evidentemente, aquellos que prefirieron quedarse fueron literalmente arrasados. El Vesubio comenzó por lanzar por su cráter, humo, ceniza y piedra pómez. Las rocas en su caída hundieron techos y sepultaron a sus habitantes dentro. Aquellos que se libraron de las rocas, fueron asfixiados por los gases tóxicos, o carbonizados por el flujo de aire abrasador que avanzó hacia Herculano primero a 30 metros por segundo y a 400 grados de temperatura.

Pompeya, algo más alejada, recibió temperaturas menos ardientes pero la costra de ceniza volcánica debió de asfixiar a muchos de ellos. La hermosa villa quedó enterrada bajo más de veinte metros de ceniza. La misma columna que alcanzó 32 kilómetros de altura antes de caerles lentamente encima durante dos largos días.

La fascinación por las ciudades que un día el Vesubio arrasó es tal, que el magnate John Paul Getty reconstruyó en los años setenta uno de los edificios pompeyanos, reconstruidos a través de los planos originales de Weber, en su residencia de Malibú, en California.

Hoy día, la ciudad de Nápoles es la población con mayor cantidad de habitantes bajo el volcán. Aquel año 79 d.C, sus habitantes se libraron de la catástrofe que arrasaba a sus vecinas poblaciones debido a que el viento soplaban en dirección contraria. Desde 1994, no se ha producido ninguna erupción más, y la tecnología a día de hoy mantiene monitorizado cualquier movimiento sísmico en la zona, así como el estudio de los gases y el magma bajo él. Una de las visitas que mayor turismo trae a la zona, es precisamente el poder acceder a su cráter. Toda una excursión que te lleva a lo largo del lugar donde un día el fuego de su magma arrasó todo aquello por donde pasaba.

Vesubio

Foto tomada de Flickr, copyright © 2014 J.M. Barcia


Vencer la muerte (4ª parte)


(1ª Parte)   (2ª Parte)    (3ª Parte)

640px-The_phalanx_attacking_the_centre_in_the_battle_of_the_Hydaspes_by_Andre_Castaigne_(1898-1899)«Fue la más sangrienta de todas sus batallas. Una carnicería. El fin de toda razón. Ya no volveríamos a ser hombres».

Una increíble estrategia en un terreno totalmente desconocido para Alejandro, le dio la victoria. Durante casi ocho horas de duración, y la pérdida de muchas vidas, ni siquiera la carga brutal con elefantes de guerra pudo con ellos. El impacto psicológico debió ser brutal al ver como aquellos animales se les echaban encima, y más teniendo en cuenta que el caballo y por tanto la caballería de Alejandro al completo, tienen pavor a estos animales por naturaleza. Hacer que los paquidermos acabaran huyendo de las falanges macedonias debió ser una tremenda lucha de fuerza, disciplina y habilidad. El ejercito de Poros sufrió doce mil muertos y cerca de nueve mil hombres fueron capturados. Tras aquella batalla, los oficiales de Alejandro se opusieron rotundamente a la intención de su general de seguir hacia el este. Llevaban ocho años de campaña desde que partieran de casa. Una semana después de aquella batalla, y a regañadientes, Alejandro ordenó el regreso hacia Babilonia.

«Su vida debió haber acabado en la India pero ahí entraríamos en el mito. En la vida real, Heracles murió envenenado por un error de su celosa esposa. Tras ofrecer sacrificios a los dioses por el término del largo viaje, Alejandro se despidió de Oriente y dirigió su ejército hacia el Oeste, cruzando el gran desierto de Gedrosia, buscando la ruta más corta de regreso a Babilonia. Hasta hoy no se sabe el número de soldados que cayó en ese desierto, fue el mayor error de su vida. Y cuando por fin volvió a entrar en Babilonia, después de seis años en el lejano Oriente, Alejandro volvió a sorprendernos a todos, casándose con dos princesas»

Con la muerte del Hefestion, Alejandro cambió. Según los síntomas que padeció debió morir debido a fiebre tifoidea, aunque nunca se llegó a saber con exactitud. Se dijo que Alejandro se volvió loco de dolor, entró en depresión, dejó de comer, beber y hablar, se afeitó la cabeza e hizo afeitar las crines de los caballos de su ejército, cancelando todo festejo y mandando matar a Glaucias, el médico que atendió a su amigo. Lo llevó de Ecbatana a Babilonia, siendo acompañado por el propio Alejandro, se celebraron juegos funerales en su memoria. Se le adoró como a un héroe divino, y aún se construía un monumento funerario en su honor, cuando el propio Alejandro enfermó.

«El 10 de junio, un mes antes de cumplir los 33 años, el gran corazón de Alejandro finalmente se rindió. Y como había prometido, se reunió con Hefestion. Pero a lo largo de su breve vida logró sin duda la mítica gloria de su antepasado Aquiles, y aún más.

Su sacrificio fue una muerte prematura. Pero al mantener su parte del trato, no puedo evitar pensar que también conquistó a la muerte. La culpabilidad de Olimpia en el asesinato de su padre es a mi parecer una probabilidad, pero para él fue una carga. Alejandro estaba demasiado enamorado de la gloria para robarla. Pero por su sangre y sólo por ella, era culpable.

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A las pocas horas, ya nos peleábamos como chacales por su cuerpo. Las guerras del mundo habían comenzado. Perduraron más o menos durante cuarenta años. Cassandro en Grecia, Crátero y Antigono en Asia Occidental, Seleuco y Perdicas en Oriente, yo mismo en Egipto, hasta que dividimos su imperio en cuatro partes. Cassandro demostró sus ansias de poder cuando siete años después ordenó la ejecución de Olimpia. Y antes de que pasaran doce años, consiguió destruir totalmente la estirpe de Alejandro al envenenar a Roxana y al hijo de trece años de Alejandro. El verdadero heredero del imperio.

Pero la verdad nunca es sencilla, aunque lo parezca. La verdad es… que le matamos. Con nuestro silencio: consentimos porque… ya no podíamos continuar. ¿Qué podíamos esperar del futuro si no ser descartados al final como Clito? Después de tantos años entregar lo conseguido a asiáticos a quienes despreciábamos, entre las razas, armonía… él hablaba de esas cosas, ¿pero no se trataba en realidad de una argucia para que le obedecieran? Yo jamás creí en su sueño, ni los demás. Esa es la verdad de su vida. Los soñadores cansan. Deben morir antes de que nos maten con sus condenados sueños… No, tacha eso último Cadmos, son desvaríos de un anciano… Escribirás: murió de fiebre y debilidad.

Pudo haber regresado a Babilonia y haber vivido allí con su familia. Habría muerto un gran triunfador, pero ese no era Alejandro. Toda su vida luchó tratando de librarse del miedo. Y a través de eso, únicamente de eso, se volvió libre. El hombre más libre que yo he conocido. Su tragedia fue la de su soledad e impaciencia con todos aquellos que no podían entenderle. Y sí, su deseo de reconciliar a griegos y bárbaros acabó en fracaso… Porque fue un fracaso. Su fracaso se alzó por encima de los éxitos de los demás»

Efectivamente la teoría más aceptada es que falleció de Malaria Trópica y no por el alcohol o por envenenamiento, dado que estuvo enfermo varios días, aunque trabajó todos ellos sin descanso. Mientras estaba en su lecho de muerte se le pidió saber quién debía sucederle, nunca sabremos si lo que realmente quiso decir fue «al más fuerte» o «Crátero», dado que ambas palabras en griego eran muy parecidas y se pronunciaban casi igual. Menos de un año después de la muerte de Hefestion, el rey de reyes, el señor de Asia, unificador de Grecia, Faraón de Egipto y el conquistador del mundo no conocido paso a ser inmortal. Moría el hombre y nacía así la leyenda.

Pero lo que ocurrió tras su muerte, es todo un misterio. Uno que la arqueología aún trata de descubrir. Se sabe que viajó a Egipto, se sabe que también estuvo en Alejandría… igual que se sabe que la lucha entre sus generales fue encarnizada por dominar el imperio. Él lo unió y estabilizó… y ellos trajeron de nuevo la guerra. Alejandro estabilizó Grecia, liberó ciudades griegas en Asia Menor y derrocó al Imperio Persa conquistando Mesopotamia, Asia Central y los pueblos del Mar Negro. Liberó Egipto de la dominación persa y conquistó parte de la India, un lugar total y absolutamente desconocido para el hombre de entonces. Unió miles de culturas, impulsó el comercio instaurando el griego como idioma común mostrando al mundo su mundo, y a su mundo lo que había conocido. Su plan de futuro era construir miles de navíos y emprender campaña contra los pueblos de Occidente, lo que en aquella época era Cartago y los pueblos de la costa, desde Libia a España, y desde allí alcanzar Sicilia y Roma. Su deseo era crear una ruta comercial costera que llegara de Libia a las columnas de Hércules, en Gibraltar. Uniéndose a Fenicia, a Chipre y a Egipto tendría el mayor ejército jamás creado. Su sueño quedó allí, y tras su muerte quedó sólo su leyenda.

Curiosamente, siglos después, sería la propia Roma quién terminaría por gobernar el mundo que una vez uniera el gran Alejandro Magno.

«He vivido una larga vida Cadmos, pero la gloria y la memoria de los hombres siempre pertenecerá a aquellos que tienen grandes visiones. Y el más grande de todos es aquel… al que hoy llaman Alejandro Magno. El Alejandro más grande de todos».

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Nota: El texto en cursiva incluido en esta entrada es extraído de la película de Oliver Stone «Alejandro Magno». 


Vencer a la muerte (3ª parte)


(1ª Parte)        (2ª Parte)

«La campaña en el noroeste de convirtió en una dura guerra de guerrillas que se alargó casi tres años. Perseguimos a Dario hacia Bactria. Pero por poco no logramos capturarle. El gran rey Dario había sido traicionado por sus propios hombres. Honrando su cuerpo sin vida, Alejandro persiguió a esos comandantes hasta tierras desconocidas. Cruzando incluso el río Oxus hasta Sogdia. Combatimos contra ellos alcanzando las desconocidas estepas de escitas, donde sólo los héroes legendarios se habían adentrado. Los cartógrafos nos dijeron que estábamos en el punto donde Europa y Asia se encuentran. A decir verdad, estábamos perdidos. Allí Alejandro fundó su décima Alejandría, poblándola con veteranos, sus mujeres y cualquiera que se arriesgara a la vida fronteriza. Incapaz de aceptar la derrota bajo ninguna forma, Alejandro persistió en someter a cualquier tribu que se resistiera. Hasta el día en que recibió la cabeza del asesino de Dario. Para Alejandro no podía haber ningún pretendiente al trono de Asia. Que ahora incluía Sogdia y Bactria. Fue en ésta última donde Alejandro tomó una de sus decisiones más misteriosas»

Con veintinueve años, y tras lograr tomar el peñón Sogdiano, uno de sus líderes Oxiartes, le entrega a su bella hija en matrimonio. Roxana tenía 16 años y Alejandro la tomó por esposa. No era la primera mujer que tenía dado que Barsine, una noble persa con la que llegó incluso a tener un hijo llamado Heracles y que jamás subiría al trono, fue realmente la primera, aunque nunca la desposó mientras que Roxana sí fue la primera con la que decidió casarse, esperando que fuera ella la que le diera la descendencia que heredara su ahora enorme imperio. Aquello, dejaba claro que Alejandro tenía intención de que ambas culturas acabaran siendo una. Algo que no fue bien visto por los suyos, que sólo ansiaban regresar a Macedonia. Muchos de ellos se desposaron con mujeres persas, y una vez muerto el rey, las repudiaron.

«Y así, diez años después de que su madre insistiera en que desposara a una macedonia, el hombre más poderoso del mundo se casó con una joven sin ningún significado político. ¿Por qué? Algunos dicen que fue para aliarse con las tribus. Otros por el deseo de tener un heredero. Y otros dicen que Alejandro se enamoró de verdad. Aunque, ¿quién era realmente Roxana? Dudo que nadie viera más allá de los pozos de sus negros ojos»

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La campaña avanzaba, y con ello las ganas por parte del ejército del rey de volver a casa. Demasiado tiempo habían estado lejos de su patria, y aunque habían conocido la gloria, las riquezas y muchos habían perdido la vida, comenzaron a ver en Alejandro su necesidad de saber que había mucho más allá, hacia el este, esperando encontrar el mar en algún momento. Aquello comenzó a provocar desconfianza e intentos por parte de su círculo más cercano de convencerle de regresar al hogar. Y junto a ello, comenzaron las conjuras. Y la traición, la misma que mató a su padre, era algo que Alejandro no soportaba.

«La conjura perturbó profundamente a Alejandro. No sólo por la implicación de los jóvenes pajes que habían compartido su sueño, sin que, y en un sentido más intimo implicaba a Filotas, compañero suyo de la infancia y capitán de su guardia real. Ninguno de nosotros defendió a Filotas, porque por otra parte ninguno de nosotros compartía sus ideas. Y por supuesto nos repartimos todos su cargos y poderes entre nosotros. Antes de morir se le torturó para saber qué sabía su padre, Parmenio. Pero no conseguimos nada. ¿Qué podíamos hacer con Parmenio y sus veinte mil soldados que protegían nuestras líneas de abastecimiento? Eso era un asunto mucho más delicado. ¿Era inocente y no intervino en la conjura? ¿O había decidido actuar antes de que su edad mermara aún más su poder? Alejandro debía obrar por necesidad, y levantó el campamento antes de que pasaran cuatro horas desde las primeras acusaciones contra Filotas. Tres días cabalgaron sin cesar, tardaron Antígono y Clito en reunirse con Parmenio. Sus soldados aceptaron la acusación de culpabilidad contra Parmenio. Entendieron que su jefe era responsable del comportamiento de todos.»

Y lo peor, es que cada conjura a su alrededor era castigada duramente por Alejandro sin medir consecuencias. Y con cada una de ellas, parecía acercarlo más a los pueblos persas y bárbaros, y alejarlo más de los soldados macedonios que partieran con él de su ciudad, y que algunos de ellos ocupaban puestos en ciudades conquistadas: como el caso de Parmenio, que se quedó dada su edad en la retaguardia asegurando que al ejército de Alejandro, en el que iba su hijo Filotas, no les faltaran recursos. Aún así, y aunque hubo varios posibles intentos de acabar con su vida, Alejandro prosiguió llevando a sus hombres, mezcla entre macedonios y bárbaros, más allá de las fronteras conocidas.

«Recuerdo que Bagoas comentó en cierta ocasión que el amor eludía a Alejandro tanto como le costaba encontrar los confines del mundo. En primavera, Alejandro cruzó al frente de un ejército de ciento cincuenta mil hombres los puertos del Hindu Kush, dirigiéndose hacia tierras desconocidas. Su sueño, era la ruta prometida a los confines del mundo, ahora éramos un imperio inestable que se extendía a nuestras espaldas por toda Asia hasta Grecia. Nos acompañaban arquitectos, ingenieros, cartógrafos, prestamistas con sus esposas, hijos, amantes, prostitutas… sin olvidar a los esclavos. Esa columna anónima sometida y entregada a los nuevos conquistadores. Arrasado o ampliado, para mejor o para peor, ningún territorio ocupado volvió ya a ser el mismo. Aunque seguía amando a Roxana, las visitas a su tienda disminuyeron poco a poco cuando durante un año no logró darle un sucesor. Hiriendo así el orgullo de Alejandro».

«India: la tierra donde nacía el sol. Se decía que era más rica que Persia. No habían sido nunca ni explorada ni conquistada. Desde el principio, Alejandro luchó por unificar un territorio que no tenía centro. Reyes que conspiraban los unos contra los otros, un laberinto de tribus empujadas por fanáticos religiosos, a morir por sus extraños dioses.

Clito, con su destacamento de avanzada, luchó contra hombrecillos peludos y diminutos que vivían en las copas de los árboles. Hasta que Hefestion nos convenció de que se trataba de animales que imitaban al hombre y llevaban sus propias pieles. Llamaban a esa tribu: mono. Y luego aquellas lluvias torrenciales. Jamás habíamos visto caer tanta agua enviada por los dioses. Llovió durante sesenta días con sus noches. Nuestra búsqueda de oro y gloria se desvaneció en cuanto descubrimos que jamás los encontraríamos. El mal humor se hizo dueño de nuestro ánimo. Matábamos a los indígenas que se resistían y con el agua local putrefacta, mezclábamos nuestro vino.

Mientras avanzábamos hacia el sureste, Alejandro a menudo devolvía las tierras conquistadas a sus derrotados reyes. De ese modo, los convertía en sus aliados pero eso no era del agrado del ejército que empezaba a preguntarse si Alejandro no estaría lanzado en una loca carrera por imitar la gloria de Heracles».

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Lo que Alejandro sabía de la India, era lo que su maestro Aristóteles le había enseñado. Creía que la India era un territorio pequeño del lado este del río Indo y que el océano estaba cerca. Aprendería pues que su maestro estaba muy equivocado. No sólo la población era mucho mayor, también el territorio (lo que hoy sería la república de Pakistán) Para ellos y para todo el mundo civilizado de entonces, los monos o el monzón eran algo totalmente desconocido. Luchaban contra tribus, y también contra la propia naturaleza. Alejandro superó a Heracles, que nunca llegó al actual Pir-sar. Formó alianza con Taxiles, el rey de la región en el valle del Indo, entrando donde ningún otro griego había llegado, ni siquiera Dionisio.

«No volvió a ver a su madre nunca. Y mientras él estaba ausente combatiendo contra las tribus del norte, Olimpia mandó asesinar a Eurídice y a su hijo recién nacido (realmente mandó matar a ambos hijos, una niña y un niño, Europa y Carano, y su madre supuestamente, se suicidó cuando eso ocurrió). Por necesidad, Alejandro mandó asesinar a Átalo (el padre de Eurídice).

Y siguió su marcha hacia el sur para llegar al gran océano. Al aplastar el motín y ejecutar a sus cabecillas, no hizo nada a mi parecer, que no hubiera hecho cualquier otro general en tiempo de guerra. Pero claramente, el ejército estaba dividido. Y Alejandro ya no era querido por todos».

El asedio a Pir-Sar, Aornos para los griegos (la actual Swat en Pakistán) dio el empujón a Alejandro para ir más allá. Para poder asediar el lugar, se construyó un montículo en un terraplén para poder construir un puente sobre el barranco. Tras asediar y tomar el lugar, se levantaron altares a Atenea. Gracias a esta conquista, Alejandro era libre en su trayecto a Punjab, dejando clara su reputación de invencible por encima de héroes como el mismo Heracles. Tras aquello, avanzó hacia Hidaspes, donde se realizaría la última batalla de su historia como conquistador de tierras a las que jamás un griego había llegado. El rey Poros de Paura vería ante sí al más grande de los grandes. Alejandro vería de nuevo como ocurriera en Gaugamela, a los elefantes de guerra. Allí venció a aquel ejército, y al que era llamado el de «Los Inmortales».


Vencer a la muerte (2ª parte)


(1ª parte)

Hoy día, gracias a Internet puede visitarse la cuna de Alejandro Magno. El lugar donde nació, creció, se formó y se alzó rey. Donde luchó por el amor de su padre y por tratar de independizarse del amor de su madre. En este link puede visitarse el museo fundado en la ubicación exacta donde los arqueólogos han encontrado la capital que vio nacer a Alejandro Magno.

Filipo y Olimpia… el padre y la madre de Alejandro inspiraron en él muchísimo. En muchos aspectos. Su madre lo idolatraba, y su padre, aunque le veía como su sucesor, llegó a detestar tanto a su madre, que veía en él su reflejo, y eso lo odiaba.

«Algunos llamaban hechicera a su madre, la reina Olimpia. Y decían que Alejandro era hijo de Dionisos, y otros incluso del mismísimo Zeus. Pero no había hombre en Macedonia que mirara a padre e hijo, uno al lado del otro, y no tuviera sus dudas…»

Uno de los temas tratados en la vida de Alejandro Magno era el amor. Por todos es sabido que la bisexualidad era algo totalmente común entre los griegos. En el caso de Alejandro, era algo más. Amaba muchas cosas… amaba las culturas de lejanos lugares, amaba a héroes como Aquiles y Patroclo y el amor que les unía y que les llevó hasta Troya para conquistarla. La muerte que les separó y la venganza por el ser amado caído. Alejandro sentía aquello como parte de él, y su amor por Hefestión era exactamente igual al que Aquiles profanaba por su amigo Patroclo. Y Hefestion era muchas veces, su equilibro. Sólo él parecía entenderle. Posiblemente era a la única persona a la que amaba de verdad. Pero ser rey, implicaba muchas cosas que no estaban al alcance de su amor. Entre ellos, dejar una descendencia para ese trono, motivo por el cual Alejandro se casó varias veces, con varias mujeres llegando a tener con el tiempo descendencia. Pero su amor por Hefestion era sencillamente eterno.

«Dado el mundo en el que creció, he llegado a la conclusión de que fue en la amistad donde Alejandro entró en equilibrio. Más adelante si diría que Alejandro, jamás fue derrotado. A no ser por los muslos de Hefestion».

Su educación… desde el punto de vista de la época fue también muy importante. Era culto, mucho. Tanto como para comprender el alcance de sus conquistas. Dónde podía hacer llegar su propia cultura. Como hacer que ambas coexistieran con el resto de nuevas culturas, ya fuera persa o de mucho más allá. A parte de esto, por todos es sabido que como estratega era único. Sus batallas, y la estrategia que usó en ellas, han sido utilizadas por muchos otros posteriores a él: César, Napoleón e incluso Patton pusieron en práctica las mismas venciendo.

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«Filipo invitó a hombres como Aristóteles para que vinieran desde Atenas para educar a nuestro tosco pueblo. Con paciente ambición planeó la invasión del Imperio Persa. De repente, todo cambió para él. Su padre, el rey Filipo fue asesinado. Y a los veinte años, Alejandro se convirtió en el rey de Macedonia. Entonces, rompiendo sus tratados y despreciando a Alejandro como un joven inexperto, varias Ciudades Estado griegas se sublevaron, ante el regocijo de Persia y puede que financiadas con su oro.»

Y con la traición en mente… sabiendo que su padre había sido traicionado, y asesinado subió al trono. Y sólo tuvo una idea en la cabeza, destruir a los traidores, someterlos de una vez como griegos a todos… y acabar de una vez para siempre con aquellos que alzaban al aire los gritos patrióticos mientras a su vez, aceptaban el oro del enemigo en su propio beneficio.

«Cierto es que Alejandro sabía amar como nadie, pero la traición le provocaba una grandiosa y temible cólera. Destruyó Tebas excepto los templos y la mansión del poeta Píndaro. Y vendió a los supervivientes como esclavos. Así consiguió lo que se proponía, porque sorprendió a los griegos y aunque siempre trató a la mayoría de las poblaciones con magnanimidad, hubo algunas excepciones: Tiro, Gaza y más tarde Persépolis en Persia y otras. Estos hechos son recordados por los que odian a Alejandro y lo que él representaba.

Antes de la batalla de Gaugamela, plasmada por Stone de forma tan épica, Alejandro había luchado en otras campañas para doblegar a ciudades persas haciendo que su ejército, con cada victoria, fuera más temido y mayor aún. Batallas como la del Río Gránico fue la primera, y tras ella la batalla de Issos. Ésta última fue realmente el primer enfrentamiento entre los ejércitos de Alejandro y Dario, y el líder persa huyó cuando vio a su ejército doblegarse. El rey dejó atrás a su propia familia, que fue tratada en la corte del rey macedonio, con los honores correspondientes a su categoría y como miembros de su propia realeza. Aquello era lo que marcaba en sí la diferencia.

A los veintiún años, invadió Asia con un ejército de cuarenta mil hombres bien pertrechados, y liberando una Ciudad Estado tras otra, conquistó toda Asia Occidental hasta llegar a Egipto. Donde fue entronizado como faraón, y adorado como un Dios.

Se divinizó en el oasis de Siwä, donde había un famoso templo dedicado a Amon-Ra. Allí se declaró hijo de Zeus».

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Su viaje a Egipto casi le costó la vida, a él y a su ejército. Pero llegó al Oasis de Siwä, una villa hoy abandonada conocida como Aghurmi y donde al alcanzar el lugar, Alejandro le hizo una sola pregunta al famoso Oráculo de entonces: que si gobernaría el mundo, a lo que la respuesta que obtuvo fue que sí, pero por poco tiempo. Las ruinas del Templo del Oráculo aún están en pie hoy, aunque su preservación no es excelente. Se accede al templo escalando un camino, que rodea la montaña y llega a la cima. El templo no llega a ocupar toda la zona. Se emplaza dentro del pueblo hoy abandonado casi por completo, debido a una gran tempestad ocurrida en el año 1926.

«Finalmente Alejandro marchó contra Dario enfrentándose a él en Gaugamela, corazón del Imperio, no muy lejos de Babilonia. Era una locura. Cuarenta mil macedonios contra doscientos cincuenta mil bárbaros. Era el día que Alejandro había esperado toda su vida. Alejandro, hijo de un Dios, fue un mito, por supuesto. Al menos empezó siendo un mito. Lo sé. Yo estaba allí y vi sus ojos.

El imperio persa, el mayor que había conocido jamás el mundo, había sido derrotado. Y Alejandro con veinticinco años, era ahora el soberano de todos. Alejandro me dijo en una ocasión: cuando estamos en los mitos es cuando más solos nos sentimos. Y así aconteció, en un sueño tan mítico para todos los griegos, como el de Aquiles derrotando a los troyanos, que en ese único momento de gloria, Alejandro fuera querido por todos. Sin embargo, en mi opinión Babilonia fue una concubina más fácil de penetrar, que de abandonar.»

Alejandro cruzó las puertas de Babilonia y se maravillo de lo que vio. Aunque venció en la batalla de Gaugamela, para él aquello había sido en cierta forma una derrota. Dario había escapado (y no era la primera vez que huía de él como ya he dicho), aunque su ejército había sido estratégicamente derrotado. Tenía ante sí a la ciudad más rica y una de las cuatro capitales del imperio persa para sí, colocando a un ex-general de Dario como gobernante. Aquel gesto por su parte indicaba que aún siendo conquistados, Alejandro era ahora su rey, pero uno magnánimo no un cobarde como Dario, el cuál exponía a sus hombres a su suerte mientas huía de él. Deja además allí a la familia de Dario, reclutando a nuevos soldados. La persecución contra Dario continuaría.


Vencer la muerte (1º parte)


Si los viajes en el tiempo fueran posibles, serian muchos los momentos y los sitios a los que decidiría ir por el mero hecho de conocer a personas o visitar esos lugares que hoy conocemos por los libros de historia.

Pero hay uno, en concreto… un lugar y un personaje histórico, que sería sin duda de los primeros.

Muy pocos son los personajes en la historia de la humanidad que han eclipsado, fascinado y levantado odio y pasión al mismo tiempo. Leyenda y realidad se han unido en su historia, marcando una línea tan fina entre una y otra, que es difícil saber cuando se traspasa. Siempre he pensado que si le apodaban «Magno» era por algo: por llegar a donde nunca otros habían llegado. Por aprender de esos lugares y tratar de unificarlos. Por llevar su cultura más allá de tierras conocidas, y traer de aquellos lugares, maravillas a ojos de cualquiera.

Con él, el mundo cambió, tras él… el mundo cambió también. Y quizás por eso, porque tras él el mundo olvidó su grandeza y miró a la cara a la codicia dando la espalda al que logró con su magnificencia o su tiranía, mantenerlos unidos. Quizás por eso hoy día nos da la espalda también impidiendo saber qué paso en realidad con su tumba. Y sólo tenemos teorías… sueños… haciendo que su mito sea aún más grande.

Creo que como en todo, detrás del hombre que fue había mucho más. Alguien sólo en lo más alto. Temeroso del rechazo a todas horas. Solitario en el liderazgo, en la vida, y también en el amor.

Alejandro Magno era todo eso, y mucho más.

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Recuerdo lo emocionada que fui a ver la película sobre su vida. Oliver Stone llevó su vida al cine en 2004 de la mano de Colin Farrell, Angelina Jolie, Anthony Hopkins y Val Kilmer entre otros. Al final para muchos pasó sin pena ni gloria… Es cierto que no todo en ello fue plasmado como debía ser (la batalla de Hidaspes, por ejemplo. se libró de noche y bajo la lluvia no en un caluroso día de sol radiante. O ver atravesado a Bucéfalo, el caballo de Alejandro, fue muy espectacular pero es muy posible, según fuentes, que el animal muriera de vejez por causas naturales) A pesar de esos detalles que hacen de Hollywood, lo que es, creo sin lugar a dudas que lo importante, lo verdaderamente importante dejando a un lado la necesidad del cine por ser espectacular, sí está reflejado: la relación de Alejandro con su madre Olimpia, el amor/odio a su padre Filipo, su necesidad de ser amado por Hefestion, su búsqueda por conseguir la gloria y la admiración. Su lucha interna, sus temores hacia la traición, su necesidad de compararse con sus héroes de infancia: Aquiles, Prometeo o Heracles. Su fascinación por todo lo que aprendía de culturas totalmente alejadas de aquella en la que había sido educado. Todo ello mezclado con la esencia de lugares que hoy sólo forman parte de nuestra imaginación, como lo era la naciente Alejandría en Egipto, que mandó construir y no vio terminar en todo su esplendor llegando a poder estar tan orgullosa de su fundador por lo que en ella se profesaba, o la hermosísima Babilonia como un cuento de las mil y una noche, con sus puertas azules y sus jardines colgantes que hizo suya en su conquista. Y todo ello envuelto con los acordes de una banda sonora a la altura de una historia mítica interpretada por Vangelis.

Vencer la muerte. Hasta eso logró Alejandro.

Toda la historia es narrada por el gran Anthony Hopkins, en su papel de Ptolomeo, ya en avanzada edad y siendo el señor de Egipto dado que fue general durante su campaña. Para narrar su historia, le vemos dictar a sus escribas desde Alejandría y en la Biblioteca que Ptolomeo mandó construir y que su amigo nunca conoció, cómo vivió junto a Alejandro, cómo le recordaba años después, cómo luchó a su lado y vio la traición de la mano de sus propios compañeros. Creo que sus palabras lo dicen todo. Creo que es un gran guión, uno que te envuelve en el trasfondo de lo que el director te cuenta, y que bien podría aplicarse incluso a hoy en día:

«Nuestro mundo ha desaparecido arrasado por las guerras (refiriéndose a lo que ocurrió tras la muerte de Alejandro sin dejar un testamento y un heredero al trono nombrado, repartiéndose su imperio entre sus generales) Y ahora soy el guardián de su cuerpo. Aquí le embalsamamos según las costumbres egipcias. Le sucedí como faraón, y reino hace ya cuarenta años. Soy el vencedor. Pero que importancia tiene cuando ya nadie queda para recordar la carga de caballería en Gaugamela o la aventura del cruzar el Hindu-Kush con un ejército de cien mil hombres… Entrando en la India. Él era un dios, Cadmos. O lo más parecido a uno que yo haya visto. ¡Tirano! claman con facilidad. Yo me río. Ningún tirano entregó tanto a cambio. Y qué sabrán del mundo todos esos ignorantes. Sólo un hombre fuerte puede reinar. Alejandro era más que eso. Era Prometeo, un amigo del hombre. Él cambió el mundo. Antes de él sólo había tribus y después de él… todo era posible. De repente pareció que el mundo podía gobernarlo un solo rey, siendo bueno para todos.

Construyó dieciocho Alejandrías, era… un Imperio. No de tierra y oro, sino de inteligencia. Era la civilización helenística; abierta al mundo. Pero cómo explicarlo. Cómo contar lo que significaba ser joven y tener grandes sueños. Creyendo cuando Alejandro te miraba que eras capaz de todo. De TODO. En su presencia, bajo la luz de Apolo, éramos mejores de lo que creíamos.

En realidad he conocido a grandes hombres en mi vida, pero sólo a un Coloso. Y sólo ahora en mi vejez entiendo quién fue esa fuerza de la naturaleza. O quizá no. ¿Llegó a existir realmente un hombre como Alejandro? Puede que no. Al idolatrarle le hacemos mejor de lo que fue. Los hombres, todos los hombres ascienden y caen«.

Hay que tener en cuenta un par de detalles que creo son importantes dada la época, a la hora de comprender la mentalidad de alguien como Alejandro Magno. Su época, conocida como de las artes y de las ciencias… era algo más. No todo era filosofía o democracia. Cuando pensamos en Grecia muchas veces son estas palabras las que nos vienen a la mente. En su época, las ciudades conquistadas eran arrasadas. Si un lugar era sitiado, rara vez lograba librarse del saqueo y de la matanza indiscriminada de sus habitantes. Era algo totalmente normal, y se hacía así por mera política. Se eliminaba la posibilidad de enemigos en un futuro y se daba una lección de miedo y supremacía a las ciudades colindantes que sabían correrían la misma suerte si se resistían.  Por otro lado cualquiera que fuera acusado de ser traidor al rey con pruebas o sin ella, era ejecutado… Y también eran eliminados los varones de su familia para evitar la venganza… No todo en época griega era idílico y democrático como se puede llegar a creer. Las guerras eran crueles, lo eran y lo son. Y el precio siempre es alto.

«En Oriente, el vasto Imperio Persa gobernaba casi todo el mundo conocido. En Occidente, las en su día poderosas Ciudades Estado: Tebas, Atenas, Esparta… habían caído debido a su soberbia. Los reyes persas llevaban cien años sobornando a los griegos con su oro para combatir en sus filas como mercenarios. Fue Filipo, el Tuerto, quien cambió todo eso. Unió a las tribus de pastores de las tierras altas y bajas de Macedonia. Usó su sangre y su coraje para formar un poderoso ejército, y sometió a los desunidos griegos poniéndolos de rodillas. Luego volvió su ojo hacia Persia. Se decía que incluso el Gran Rey Dario III, desde su trono en Babilonia, temía a Filipo.

Y fue en ese tiempo, entre campaña y campaña cuando Alejandro nació, en Pella»

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Los Huesos que Susurran Historias


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Olduvai Gorge o Oldupai Gorge (Tanzania)

Allá por 2006, fue presentado un proyecto muy ambicioso con el que científicos españoles en el campo de la arqueología esperaban poder encontrar en Tanzania, concretamente a la Gargata de Olduvai, las piezas que aún faltan de nuestro pasado.

La idea no sólo partía de forma científica, querían además que toda esta zona de África comprendiera que poseen un gigantesco tesoro. Que es uno de los más importantes del planeta, y que ya era hora de que el lugar que vio andar a los primeros humanos, fuera colocado en su lugar por algo más que los libros de texto. Y que su gente, sus moradores hoy día, tuvieran la oportunidad de participar en ello.

Reconstrucción de homínidos en Olduvai

Reconstrucción de homínidos en Olduvai

Así nació el Proyecto Olduvai, comenzando por conseguir fondos con la una idea clara de lo que se querían. Y así fue como llegaron a la zona un grupo de aventureros españoles, que con sus conocimientos, sus ganas y casi con lo puesto, han intentado sacar de la tierra, los restos de homínidos que forman parte de nosotros mismos hace millones de años.

En el parque Nacional de Ngorongoro, en Tanzania, se detuvo el tiempo hace millones de años. Hoy día, pastores masais habitan la zona, respetando por encima de todo su forma de vida, sus costumbres y su conexión con el entorno que les rodea. Igual que hiciera el género Homo, cuando caminaba erguido en aquella misma zona.

Una vez el grupo de españoles alcanzó el lugar, han luchado contra viento y marea para conseguir obtener más datos del sitio que ya fuera pisado por la arqueóloga Mary Leakey en los años 40. Ella fue la pionera, junto con su marido, y posteriormente sus hijos, los que han buscando restos del paso de los antepasados del hombre, rellenando huecos que aún están esperando ser completados.

A día de hoy, el arqueólogo madrileño Manuel Dominguez-Rodrigo es el director del Proyecto Paleontológico y Paleoecológico en la Garganta. Llegó aquí casi con lo puesto, y con el dinero justo conseguido casi milagrosamente, y por desgracia a día de hoy, ha tenido que buscar la forma de excavar, y seguir adelante con los trabajos ya empezados casi sin ninguna ayuda.

Estación Científica construido con materiales totalmente ecológicos y sostenibles.

Estación Científica construido con materiales totalmente ecológicos y sostenibles.

El proyecto español en la Garganta de Olduvai tenía previsto no sólo excavar, sino además tratar de conseguir levantar un museo en la zona, fomentar el turismo, implicar a los habitantes de hoy día, los masais en el proyecto, crear una estación científica fija que permita a todo aquel que llegue a la zona poder trabajar in situ, y todo esto sin romper ecológicamente la zona.
En 2010, el proyecto comenzó a tener problemas. El escaso apoyo económico que recibían fue denegado, la estación de investigación ya construida en Olduvai se quedaba sin mantenimiento, todo lo que se había avanzado se quedaba en el aire, y tras casi dos años de trabajo continuo en el continente, el grupo de investigación veía como científicos americanos con más recursos optaban a arrebatarles todo aquello que tanto les había costado conseguir. Si no hacían algo, si no lo impedían su idea pasaría a otras manos, cuando habían sido fondos españoles y esfuerzo español en colaboración con el tanzano, el que había comenzado todo aquello.

Era increíble que la financiación de 300.000 euros volara y la Comunidad de Madrid, optará por girar la cabeza aludiendo la crisis del país, cuando todos sabemos el derroche en absurdeces que se hacen. Nadie discute las necesidades del país, pero si las ayudas a la ciencia en general, sean del tipo que sean, se deniegan… ¿a dónde iremos a parar?
Llevamos siglos viendo como científicos españoles descubridores de diferentes ramas, literalmente han tenido que salir del país, porque aquí nadie apoya sus causas. El retroceso y el avance queda en un rincón mientras se gasta dinero a mansalva en cosas que con absoluta seguridad son prescindibles.

De una forma u otra, si el proyecto se quería seguir manteniendo, se tuvo que buscar otro método, y de momento se ha conseguido. Y lo más gracioso, es que los que debieron apoyar, ahora aplauden aunque aún no demasiado alto.

Zona de excavación por parte de científicos españoles.

Zona de excavación por parte de científicos españoles.

La idea era demasiado buena para dejar que el boicot por parte de la Universidad de Rutgers, y las precarias condiciones de trabajo les echaran atrás. Saber más sobre de dónde venimos, puede con todo. Ya daba igual dormir en el duro suelo, soportar el racionamiento de agua que se ha de traer de fuera y por tanto, no se puede desperdiciar, las duchas cada dos días, comidas justas, la luz escasa dada por dos células fotovoltaicas que no dan más que para dos bombillas. Lo que sea por poder trabajar en la conocida ya como Cuna de la Humanidad. Todo un privilegio.

En 2010 se cumplieron 4 años de trabajos en la zona. Se trabajaban en cuatro yacimientos distintos. Se realizaban excavaciones y a la vez un estudio geológico. En total 16 españoles, cinco norteamericanos, y 20 tanzanos buscan huellas en la zona.
No ha sido hasta el 2012 cuando la Comunidad de Madrid se implicó de nuevo, dando cierto margen a mejorar en la zona. Previsiones de que esto podía cambiar, hizo que ahorraran al máximo, y menos mal porque tras ser aceptada la propuesta, Cristobal Montoro la denegó después, recibiendo apoyo de la Universidad Complutense, y del Museo Arqueológico de Madrid que sí parecían dispuestos a ayudar.

En julio de 2013, se puso en marcha de nuevo la expedición. Un equipo esta vez de 33 personas, 21 de las cuales son españolas han puesto su dinero para los billetes de avión y los permisos de excavación ahorrando así al máximo los 15.000 euros que han conseguido mantener y sólo con eso han de apañarse toda la campaña.

Se ha excavado en una zona nueva datada en 1,8 millones de años. A sólo 500 metros de donde excavó Mary Leakey se localizaron restos de Paranthropus boisei, y se localizaba otras partes de homínidos que han sido bautizadas como «Cascanueces» y que convivió con el Homo ergaster, nuestro antepasado más directo.

Desde 2006 a hoy, las cosas han cambiado poco. Los americanos, que hasta ahora no habían permitido a nadie excavar en la zona, han tenido que hacer hueco a los españoles de mala gana. La sede de los americanos se localiza exactamente donde Mary Leakey tenía su campamento y la guerra científica sigue abierta. Ellos cuentan con medios, los españoles más bien los justos. Mientras los americanos apoyan a los primeros humanos como carroñeros, los españoles tratan de encontrar pruebas de que

Craneo y mandíbula de un Zinjanthropus boisei , descubierto por Mary Leakey en 1959

Cráneo y mandíbula de un Zinjanthropus boisei , descubierto por Mary Leakey en 1959

cazaban, y para ello han intentado poner pruebas con los hallazgos por lo que el Homo rudolfensis, cazaba piezas de hasta mil kilos y que un evolucionado Homo ergaster incluso conseguía piezas mayores. El español, opta por plantar la investigación de cero, y hacerlo a gran escala, no como plantean los americanos, en pequeños trozos y sobre lo que ya tienen como verdadero.

Fue en 2010 cuando se abrió el portal de internet sobre el Proyecto Olduvai, que en ese momento se hizo sólo en ese idioma aunque la idea surgió en España, porque en ese momento no había presupuesto para traducirlo. Triste pero cierto… A día de hoy el Proyecto por fin está en ambos idiomas (http://www.civesmundi.es/olduvai/) siendo el español, el principal idioma, como siempre debió ser.

Se creó además un Instituto de Evolución en África (IDEA) proyecto también español en la zona, al que más tarde se unió el director del Museo Arqueológico de Madrid.

Dado que el dinero puesto desde entonces ha salido literalmente del bolsillo de cada arqueólogo, en la campaña 2013-2014 se han tenido que buscar otras formas de financiación. Para empezar se han planteado cursos, que aún siendo caros, van a poder echar una mano a éste proyecto. La propia web del proyecto a través de civesmundi la ONG

Manuel Dominguez y Enrique Baquenado excavando en Olduvai Gorge

Manuel Dominguez-Rodrigo y Enrique Baquenado excavando en Olduvai Gorge

que lleva ayuda a regiones menos favorecidas del planeta, les ha ayudado a no dejar que el proyecto decaiga.

Alumnos estadounidenses financiaran al proyecto con los cursos que se impartirán, dado que el Ministerio de Hacienda español boicoteó la subvención que ya tenían preasignada. Se ha tenido que llegar a acuerdos con la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) para crear allí una escuela de campo destinada a sus alumnos. La universidad enviará a quince alumnos a cambio de 5.000 dólares, podrán excavar allí y conseguir créditos para dos asignaturas… algo que los españoles no verán, por supuesto.

El Ministerio de Hacienda dejó en la estacada a las universidades españolas… y también éste proyecto. Alumnos extranjeros aprenderán con profesores españoles en el lugar donde el hombre se puso en pie como hombre, en vez de hacerlo estudiantes españoles, que sería lo más lógico.

Se intentará volver a pedir dinero al Ministerio de Cultura, pero no esperan obtenerlo. Aunque se han publicado al menos cuarenta artículos importantísimos de todo lo que se ha descubierto en la zona.

El Proyecto Olduvai consiguió permiso para sacar reproducciones y originales de 200 piezas del Museo Nacional de Tanzania, donde se acumula todo lo descubierto hasta ahora en la Garganta de Olduvai. Muchas de esas piezas han sido encontradas por nuestros arqueólogos, y la forma que el país tanzano tiene de recompensarnos el esfuerzo que hemos puesto en el proyecto y en ellos, ahora es recompensando. Se ha creado una espléndida exposición para poder ser visitada por los ciudadanos de a pie, y que puede ser visitada desde febrero de 2014 hasta julio de 2014.

La exposición ha sido financiada entre el Arqueológico de Madrid y el Museo de la evolución Humana de Burgos, colaborando además el Instituto de Evolución en África (IDEA). Y justamente es el Museo Arqueológico Regional de Madrid, que se encuentra en Alcalá de Henares, quien muestra éste contenido de forma temporal dado que estará solamente hasta el 6 de Julio de 2014. Toda la exposición cuenta con recursos museográficos actualizados, y se han recreado réplicas en moldes y escáneres en 3D. Además cuenta con piezas originales de restos de útiles, así como de huesos de animales hoy ya extintos encontrados en la zona.

Restos de huesos de animales ya extintos, hasta ahora jamás expuestos en ningún museo, utensilios originales de piedra explicados para entender como estos antiguos moradores de la zona aprovechaban los recursos y el medio que les rodeaba. Una réplica de las famosas huellas de Laetoli, que hicieron que la casualidad nos diera hoy mucha información al respecto.

La llamada «Joya de la Corona» por los investigadores y científicos son los restos de un homínido datado hace 1,26 millones de años y que fue descubierto durante las excavaciones realizadas en Olduvai en 2010.

La entrada a la exposición es gratuita, y es una forma de acercarnos a los restos que los arqueólogos, paleontólogos, biólogos, geólogos, paleobotánicos, tafónomos, restauradores y químicos orgánicos a las órdenes de Dominguez-Rodrigo y Baquedano, han sacado con sus propias manos del lugar al que hoy se considera la Cuna de la Humanidad.

Si no quieres perdértela, aún hay tiempo. Se puede mirar más información en la web del propio Museo en este link. El museo abre todos los días de la semana salvo el lunes, y el domingo por la tarde. La Cuna de la Humanidad, está un poco más cerca para todos.

Cráneo de Homínido que preside la Exposición del Museo Regional de la Comunidad de Madrid en Alcalá de Henarés.

Cráneo de Homínido que preside la Exposición del Museo Regional de la Comunidad de Madrid en Alcalá de Henares.


En busca de un misterio (2da parte)


Primera Parte

La historia de la búsqueda de un sueño…

Kathleen Martínez era abogada de profesión en Santo Domingo, la ciudad que la vio nacer. Y su historia quedaría aquí, de no ser por lo que justo a mí me llamó la atención. Ella, sí cumplió mi sueño.

Kathleen Martínez, en busca de la tumba de Cleopatra

Desde muy joven quedó prendada de la Historia de Egipto. Como devota de esta cultura, aprendió todo lo que pudo de ella mientras ejercía su profesión en un bufete de abogados. Así se ganaba la vida. Defendiendo la justicia. Y en su tiempo libre, absorbiendo toda la información de nuestro amado Egipto.

Según ella misma ha dicho en alguna entrevista que he leído, tenía un sueño, quería ser arqueóloga y buscar en las arenas del desierto en Egipto tesoros de esa maravillosa cultura. Pero sus familiares la convencieron de que era una locura, y de ahí que acabara estudiando abogacía, dejando su sueño faraónico como una afición.

Debido a una discusión con su propio padre, también profesor, sobre la reina Cleopatra de Egipto, entró en desacuerdo con él debido a comentarios tópicos respecto de la reina dado que la tachaba a su parecer de forma injusta y negativa.

Y a partir de aquí se propuso defenderla buscando pruebas. Así comenzó su búsqueda.

Leyó todo lo que pudo sobre ella. Tardó años en desarrollar una teoría sobre el lugar donde posiblemente Cleopatra y Marco Antonio podían estar enterrados. Y todo esto… lejos de Egipto. Comenzó a llamar a puertas, a exponer lo que había aprendido y no ha dejado en su empeño hasta lograr que el propio Dr. Zahi Hawass, secretario general del Consejo de Antigüedades egipcio, la permitiera buscar a la última reina del Antiguo Egipto. Corría ya por entonces el año 2005.

Prospección Arqueológica en Taposiris Magna

Estuvo convencida de que la búsqueda de los restos mortales de Cleopatra en su palacio bajo las aguas de Alejandría desde 1992 no servirían para encontrarla. Que no podía estar en un palacio, sino en un templo. Que si su elección para morir fue dejarse morder por una cobra egipcia, fue para comenzar con un ritual egipcio donde la cobra es un símbolo importantísimimo en esa cultura.

Precisamente esto me llamó muchísimo la atención. Sea leyenda o no ese suicidio, el áspid ha sido siempre un símbolo muy importante en la cultura egipcia. El Bajo Egipto (las tierras al norte del país, en el Delta del Nilo) se representaban con el símbolo de la cobra egipcia, que a su vez representaba el signo de la diosa Uadyet. Alejandría, precisamente, formaba parte de éste Bajo Egipto. Un detalle más, el áspid es conocido como el Ojo de Ra.

La teoría de Martinez va más allá aún. No sólo murió bajo un símbolo de su cultura, está convencida de que tras su muerte y la de su amado Marco Antonio, hay también todo un ritual de dos importantes dioses egipcios: Isis y Osiris. Además de que la propia reina ya era vista como Isis, y se representaba como tal, como ya he contado.

A grandes rasgos, el mito de estos dos dioses se resume con facilidad, siendo uno de los más importantes en la religión egipcia. Isis y Osiris eran hermanos, y a su vez esposos. Eran hijos del Cielo (Geb) y la Tierra (Nut), como sus también hermanos, Set y Neftis, esposos también entre ellos. La historia del mito, cuenta la rivalidad entre los dos hermanos varones, Set y Osiris, que acabó con la muerte del segundo a manos del primero. Osiris, acabó descuartizado y repartido por catorce zonas de Egipto. Su hermana y esposa, buscó desesperada los pedazos de su esposo, y tras recogerlos todos, usando su magia, logró unirlos, consiguiendo además concevir a su futuro hijo Horus, que lucharía más adelante con su propio tío Set. El caso, es que Osiris, quedó para siempre en el mundo de los muertos, siendo el encargado de decidir sobre el paso del difunto al otro lado, tras ser juzgado por sus actos en vida.

Precisamente este culto, es lo que le ha llevado a pensar dónde podía estar localizada la tumba de la reina. Desde tiempos remotos, existe un templo en un lugar conocido con el nombre de  Taposiris Magna, cerca de Alejandría. Curiosamente esta ubicación fue uno de los lugares donde desde tiempos inmemorables hubo un culto a Osiris e Isis, dado que en su ubicación, la leyenda cuenta que fue uno de los lugares donde Isis localizó uno de los pedazos de su esposo, concretamente la columna vertebral. Este lugar fuepor ello además nomo del Bajo Egipto, siendo también llamado por los griegos Busiris y siendo la capital de nomo IX. Los egipcios la conocen por el nombre de Per Usir, cuya traducción es «La morada de Osiris», Dyedu. Hoy en día, los árabes la llaman Abusir.

Y tras presentar todos estos datos, logró convencer en 2005 a las personas encargadas de dar permisos para excavaciones en la zona. Y desde ese año, y en campañas sucesivas, ha ido dando pequeños pasos, y sacando de la arena del desierto sus secretos. Y lo que se convirtió en una lucha por defender a la última reina de Egipto, ahora es una aventura extraordinaria en busca de localizar el lugar donde debe morar en sepulcrar silencio por toda la eternidad, su última soberana.

Taposiris Magna, fue estudiada por primera vez en 1935 por el viajero británico Anthony de Cosson, que nombró a este lugar, como el monumento más magnífico al norte de las Pirámides dejado por la Antigüedad. Desde entonces, el yacimiento prácticamente no se ha tocado. En 1905, Evaristo Breccia, arqueólogo italiano, excavó los cimientos del lugar localizando una pequeña basílica copta del siglo IV d.C. en el patio interior del recinto, que por lo demás, estaba completamente vacío. Además de la pequeña iglesia, localizó unos baños romanos. No fue hasta 1998, cuando un equipo húngaro dirigido por Gyözö Vörös encontró pruebas de que existía una estructura de columnas dentro del recinto que creyeron en ese momento era un templo dedicado a Isis.

Hasta 2004, no se pudo tener constancia de todos los datos de las sucesivas prospecciones. El templo había conocido tres identidades anteriores: un santuario ptolomaico, un fuerte romano y una iglesia copta. Uno de los objetos que logró encontrarse, fue el busto en granito negro que parecía ser una representación de la diosa Isis.

Busto localizado por el arqueólogo Vörös en 2004

Con la intervención de nuestra soñadora, en octubre de 2005, y su convicción de que estaba en el lugar correcto, comenzaron las excavaciones en busca de más datos que arrojaran algo más de luz de lo que hasta ahora se tenía de la zona.

Los hallazgos encontrados en años posteriores han ido marcando un paso lento a la excavación pero a la vez ha sido muy fructífero. Para empezar, lo averiguado ha podido cambiar los preconceptos sobre la arquitectura de los templos egipcios, lo que permitirá hacer un repaso a otros templos ya conocidos en un futuro. Kathleen Martínez está convencida de que la reina Cleopatra utilizó aquel templo y aquel enclave para ser enterrada junto a Marco Antonio como si de Osiris e Isis se trataran.

Hay que tener en cuenta que el enclave de Taposiris Magna, era en su tiempo, el templo más sagrado siendo construido por la dinastía griega de los Ptolomeos que gobernaron Egipto tras la muerte de Alejandro Magno. Está localizado en el límite de la ciudad, lo suficientemente lejos como para que los romanos que estaban en ese momento ya tomando el control de Alejandría con la muerte de su reina, no lo tuvieran demasiado en cuenta. Sabiendo que la propia reina pidió a Octavio en una carta antes de su muerte, ser enterrada junto a Marco Antonio, y que éste tuvo que ser traído hasta Alejandría tras su muerte, la teoría de Kathleen Martínez baraja, es que aquel lugar sencillamente estaba a las afueras, formaba parte de ese rito Osiris/Isis que la propia reina profesaba, y además está convencida de que si hasta ahora no se ha encontrado su tumba, es porque en el último momento se cambió la ubicación de ésta, siendo distinto el lugar al que el propio Octavio dio el permiso para su enterramiento tras su momificación, motivo por el cual, la historia perdió su pista impidiendo así también que pudieran ser profanados ambos cuerpos en su descanso eterno.

Con el Mediterraneo a la derecha y el lago Mareotis a la izquierda, Martínez está convencida de que la propia reina eligió ese lugar y esa ruta como su morada eterna, siendo un lugar estratégico  en los límites de la antigua ciudad, un lugar que la propia reina usó en vida para su culto.

Desde ese ya lejano 2005, se han ido destapando poco a poco más pedazos de historia de ese lugar. Los sondeos realizados desde ese año han destapado túneles que salvan los muros exteriores. El primer año de trabajo en la zona se saldó con la localización de un pozo y una serie de túneles y cámaras subterráneas.

En la temporada 2006-2007 un equipo egipcio-dominicano localizó tres pequeños depósitos en la esquina noroccidental de lo que parecía los restos de un templo osiríaco. El posible templo dedicado a Osiris quedó datado con el reinado de Ptolomeo IV, un siglo y medio antes que la propia Cleopatra. En 2007 se localizó el esqueleto de una embarazada muerta en el parto. Se han extraído y limpiado los huesos de un neonato que seguía aún en sus caderas. La madre tenía la mandíbula distendida, señal de agonía, y en la mano derecha sujetaba un pequeño busto en mármol blanco de Alejandro Magno. La mujer aún sigue siendo todo un misterio.

En mayo de 2010 se despejaba por completo  los restos del templo consagrado a Osiris, su orientación este-oeste ya lo indicaba. En el ángulo del extremo norte aparecían los restos de una capilla dedicada a Isis, y al sur, un foso rectangular, posiblemente un lago sagrado.

En seis años, se han recuperado más de mil objetos, de los cuales al menos 200 son muy significativos. Desde cerámica, pasando por joyas, monedas o cabezas de estatuas. De todos los objetos recuperados, bustos y monedas han aparecido con el rostro de la reina Cleopatra. Hay que tener en cuenta que en estos últimos cien años el único registro que poseemos de ella, es su caligrafía en un papiro donde se le concede a un ciudadano romano una exención fiscal, en el año 33 a.C.

Los trabajos se han centrado ahora mismo en un área que está intacta y en la que se ha encontrado un desnivel de treinta y cinco metros de profundidad excavado en la roca. La prospección se ha visto afectada al toparse con agua, por lo que va a ser necesario un  concienzudo y complicado trabajo extra para salvaguardar todo lo que pueda aparecer en la zona.

Han localizado además una enorme necrópolis en los extramuros, lo que indica que los súbditos de algún monarca quisieron ser enterrados allí. Y si eso es así, significa que quisieron ser enterrados junto a su tumba real.

¿Será este el lugar de descanso de la reina Cleopatra? ¿Logrará Kathleen Martínez, una abogada con vocación de arqueóloga, encontrarla? Si lograra algo así, sería el mayor descubrimiento en Egipto desde que Howard Carter sacara a la luz la tumba de Tutankhamon. Entraría a formar parte de la historia… Una amante de Egipto. Alguien que jamás puso un pie en el país de los faraones mientras investigaba aunque sabía todo lo que había de saber sobre su cultura. Alguien que empezó a buscar por devoción, y acabó sumergida en remover la arena del desierto realizando uno de sus sueños: excavar en un lugar donde, si todo apunta a corroborar sus teorías, yace el cuerpo de la última reina faraón de Egipto.

Alguien que logró mi sueño.

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Busto de la Reina Cleopatra VII


En busca de un misterio (1ra parte)


El Banquete de Cleopatra – Gérard de Lairesse

Son muchos los misterios de la historia que se mantienen hoy día como leyendas, esperando ser descubiertos. A pesar de la Era tecnológica en que vivimos, de los adelantos de todo tipo de materias y campos, hay cosas que permanecen a la espera de que alguien, con afán aventurero y  sabedor de buscar la verdad, lo encuentre.

Más allá de Indiana Jones o de Lara Croft, siempre he pensando cuando con paciencia me enseñaban en el colegio Historia Universal, que algún día, yo podría ser una de esas personas. O que si el destino hiciera que no fuera así, al menos participaría en un evento de tales características, aunque fuera desde detrás, en las sombras. La verdad es que me conformaba como verlo.

Durante años, he leído todo lo que ha caído en mis manos sobre esos grandes «doctores Jones» de la historia real. Nombres con Howard Carter, Champollion, Schliemann o Petrie por poner algunos ejemplos básicos de nombres que seguro a todos nos suenan. Todos ellos comenzaron con un sueño, lucharon por un objetivo y acabaron formando parte de la historia con sus descubrimientos.

Con el tiempo y la madurez… acabaron siendo para mí héroes en sus diferentes pedestales, y yo simplemente una ávida lectora de todas esas grandes historias. Y el tiempo, inexorable… sigue pasando.

Cleopatra- John William Waterhouse

Cleopatra- John William Waterhouse

Si cuento todo esto, es porque recientemente (cosa de hace varios meses ya, la verdad) y leyendo sobre una de las mujeres más importantes y enigmáticas de la historia de Egipto, llegó hasta mí un nombre. Pero todo a su tiempo. Comencemos por el principio que me llevó a este increíble encuentro.

Uno de esos misterios aún por desvelar precisamente, es la localización de la tumba de la archiconicida reina Cleopatra. Cuando mencionamos su nombre, seguro nos viene a la mente, Egipto, el cine, oro y lujo. También el amor, y la muerte. La verdad es que todo lo que rodea a la que sería la última Reina del Antiguo Egipto de la llamada dinastía Ptolomaica, es muchas veces leyenda. Pero toda leyenda ha sido historia en algún momento de alguna forma, de eso estoy completamente segura.

Por escritos antiguos, se sabe que Cleopatra VII fue una mujer con una gran cultura que llegó a aprender nueve idiomas, entre ellos el idioma egipcio de sus antepasados, además del griego, el hebrero, el sirio, el arameo y el latín entre otros. Fue instruida además en literatura, matemáticas, música, ciencias políticas, astronomía y medicina. Heredó el trono de Egipto cuando contaba con tan solo 18 años, junto a su hermano Ptolomeo XIII, de 12 años, que además era su esposo. Descendiente de reyes griegos (recordemos que su dinastía fue arrancada por uno de los generales de Alejandro Magno, Ptolomeo I Soter), subía al trono de Egipto, el país que la vio nacer, y acabó conviritiéndose en su reina, y lo hizo como mujer algo que en la historia de Egipto se pueden contar con los dedos de la mano. Según el historiador Plutarco, la reina era refinada y de modales dulces, además de poseer una sugerente voz que la hacia muy seductora.

La época que le tocó vivir a Cleopatra no fue precisamente fácil. Su padre, como rey no había sido precisamente querido dados los sobornos que se sabía obtenía de la entonces poderosa Roma. Para colmo, el país pasaba hambruna, y siempre estaba subyugado a la presencia de Roma que tenía clara visión en conquistar sus tierras por algo más que por su oro. Así que desde que se sentó en el trono, tuvo algo muy claro, sabía que políticamente debía negociar con Roma. Los dirigentes extranjeros solían adoptar las divinidades autóctonas, y Egipto no fue una diferencia. De ahí que en época de esta reina, se tuviera una religión mitad griega, mitad egipcia que ella fomentó aún más. El culto a Serapis, era uno de ellos. Dios mitad griego mitad egipcio y creado para unir ambas culturas, dado que es una mezcla entre Osiris y Apis (la forma del dios Osiris al morir, un buey). El caso, es que Cleopatra intentó por todos los medios, ser identificada como Isis.

En tiempos de Cleopatra, el culto a la diosa Isis llevaba siglos expandiéndose por el Mediterraneo. De ahí que la propia reina intentara ser vinculada a ella, y ser representada como diosa madre universal. Sus excarceos con Roma la llevaron, según los textos históricos romanos, a embelesar primero a César buscando impedir que Roma conquistara Egipto, y con quien tuvo un hijo (Cesarión), y después se enamoró del triunviro Marco Antonio (general y amigo del propio César), con quien tuvo tres vástagos más.

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Cleopatra y César – Jean-León Gérôme

Gracias a su unión a Marco Antonio, y que éste recuperó para Egipto, varios territorios además de poner a sus hijos en el trono, su país se engrandecía y Roma tenía que impedirlo.

Por todos seguro es conocido, como acabó la reina. Cuando fue hecha prisionera por Octavio (cuñado de Marco Antonio, al que odiaba por repudiar éste a su hermana con la que se había visto obligado a casarse, y tras vencerle en batalla) y viendo que el final que la esperaba era entrevistarse con un hombre frío y calculador al que no podría seducir, sólo podía verse  así misma como esclava en el reino de sus ancestros del que había sido soberana y que había llegado a engrandecer y ser tenido en cuenta como lo hicieran los faraones antepasados. Ahora su amado Egipto no era más que una provincia romana más, y su amado Marco Antonio había muerto, así que Cleopatra eligió morir y decidió suicidarse.

Hay varias versiones al respecto, una de ellas habla de la picadura de una cobra egipcia (áspid) que ordenó esconder en el interior  de un cesto de frutas que pidió traer a sus criadas. Otras versiones hablan de que sencillamente se suicidó al saber que Marco Antonio también se había quitado la vida arrojándose sobre su propia espada cuando le informaron falsamente de la muerte de ella. La verdad realmente es desconocida. Mi opinión siempre ha sido que todo en éste aspecto tiene pinta de leyenda. Como reina de Egipto, como portadora de su cultura, de sus costumbres, un suicidio era algo muy poco propio en un egipcio. Todo egipcio veía la muerte como el paso al más allá. Sólo hay que ver sus tumbas, sus cultos, para comprender como pensaban. Un suicidio, era condenarse a no poder pasar el jucio de Osiris, el dios de los muertos, y quedar condenado y perdido por toda la eternidad. Aunque cierto es, que sí se usaba como castigo, y que siglos antes que Cleopatra, Nitocris, reina como ella del país de los faraones, cerró el periódo del Imperio Antiguo con su propia muerte. Aún así, mi opinión es que la asesinaron.

De todas estas leyendas (con su posible o no transfondo de verdad) lo que sí se sabe es que la reina pidió ser enterrada junto a Marco Antonio y que así se hizo en el año 30 a. C.  cuando tenía 39 años. El lugar… todo un misterio.

Fue Napoleón en 1801, el primero que ordenó excavar a 50 kilómetros al este de Alejandría, en Burg al Arab, buscando los restos de la reina. Pero nada de lo encontrado allí lo guió a su última morada.

Desde 1996, arqueólogos submarinos han trabajado en el sitio donde descansa ahora su palacio, bajo el agua, frente a las costas egipcias del Mediterráneo, en la majestuosa ciudad de Alejandría.

Alejandría, la ciudad fundada en el 331 a.C. por el propio Alejandro Magno, ha sido el lugar donde la última reina de Egipto vivió y desde donde reinó como tal. La Alejandría de tiempos de la última reina, era una ciudad magnífica, con su faro de 130 metros de altura y su maravillosa Biblioteca de casi medio millón de papiros y que dependiendo de qué versión se lea, el propio César fue el culpable de su destrucción. Principal centro cultural y comercial del mediterráneo. Con una población multicultural de 350.000 habitantes…

El caso es que desde 1996, se piensa que el barrio real, los templos, palacios y jardines que se ubicaban en el puerto del sector de la ciudad fueron destruidos por una serie de terremotos, y los arqueólogos han localizado cada ubicación bajo el agua prácticamente intactas. Todo lo que la propia Cleopatra había visto con sus propios ojos. Los lugares por los que caminó, los lugares en los que rindió culto. Los pasillos del palacio donde amó, ordenó matar, e incluso veneró a los antiguos faraones que ahora la otorgaban su puesto al mando de un Egipto que parecía condenado como ella. Allí abajo, en las profundidades, está parte de su historia. Parte de su vida. Pero no está todo. Lo que aún no se ha localizado, es su lugar de descanso eterno.

Y en esta parte de la historia, es donde aparece el nombre de una mujer que busca precisamente a esta otra histórica mujer y del que he intentado empaparme, con toda la dificultad que ello conlleva.

Como Cleopatra, esta es la historia de alguien que con un rumbo que parecía marcado y un destino que soñaba, acabó dando un giro a su vida para alcanzar un sueño. Uno con el que por mi parte, se siento muy identificada.

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Cartucho Real con el nombre de Cleopatra VII


Can You See Anything?


Howard Carter

Howard Carter

Yes, wonderful things.

Esta fue la respuesta que dio Howard Carter, a sus compañeros de excavación el día que localizaron la tumba de faraón Tutankhamón en el Valle de los Reyes, tras lograr alcanzar el fondo de ésta y poder echar un primer vistazo a un lugar que hasta ese momento no había sido pisado por el hombre durante 3270 años. O eso creyeron en un principio, dado que se descubrió que realmente sí había sido profanada por ladrones al poco de ser enterrado. Aunque ciertamente, su expoliación fue menor a cualquier otra tumba del Valle de los Reyes en Egipto y sus descubridores pudieron rescatar gran cantidad de material de su interior. Sobre todo del propio lugar donde descansaba el faraón que no había profanado anteriormente por nadie.

Si por algo siempre he admirado a éste inglés es porque, aunque hizo uno de los descubrimientos más importantes del siglo XIX en Egipto, cuando ya se creía que no había nada que sacar de allí, lo hizo siguiendo un camino bastante poco común. No era un experto. Al menos no cuando llegó a Egipto con 17 años. Lo que se le daba maravillosamente bien al futuro descubridor de la tumba del rey niño, era dibujar. Su don le llegó heredado, y cuando se vio que tenía talento, se le envió al país de los faraones para precisamente dibujar todo aquello que otros arqueólogos de renombre sacaban de sus excavaciones. Así fue como Howard Carter se enamoró de aquella profesión. Cómo aprendió de otros de forma autodidacta, y como un día, le fue entregada la posibilidad de poder realizar sus propias excavaciones. Y fue respetado, aprendiendo en el terrero desde el momento en que pisó la tierra de los faraones.

Carter, Carnarvon, & Team Outside Tut's Tomb

Howard Carter, junto a Evelyn Herbert y Lord Carvarnon, así como el resto de ayudantes de Carter en el descubrimiento de la tumba de Tutankamon

De dibujar lo que otros sacaban de las arenas del desierto como Flinders Petrie, o Auguste Mariette, pasó a saber restaurar aquellas maravillas de la historia. Aprendió la lengua de los faraones de un lingüista como Alan Gardiner, toda una eminencia de la época, que estuvo presente en su descubrimiento años después. Y aprendiendo de ellos pasó a ser  inspector de Antigüedades. Cuando consiguió ese puesto, un noble también inglés puso sus miras en su trabajo, y decidió financiar la posibilidad de seguir sacando del suelo tebano, la riqueza que un día los faraones enterraron bajo su arena.

Un 4 de Noviembre de 1922 Carter lograba localizar la tumba de un faraón que hasta ahora, era prácticamente desconocido y todo un misterio. Junto a él, Lord Carnarvon y su hija Evelyn Herbert, inseparables en esta búsqueda lograron alcanzar la cámara funeraria del faraón totalmente intacta y abrirla al mundo el 16 de febrero del 1923, tras una limpieza absoluta antes de la zona, así como catalogación como jamás se había hecho hasta ahora de una tumba faraónica.

Howard carter y Evelyn Herbert en la tumba del rey Tutankamon

Siempre he tenido precisamente esto en mente. Desde que descubrí que había personas que habían podido llegar a ver no sólo sitios ocultos maravillosos, sino hacer posible desvelar misterios del pasado, buscando en su presente, para pisar por primera vez ciudades enterradas, asentamientos antiguos, o tumbas, como es este caso por primera vez en siglos. Y sin necesidad de tener que haber aprendido una carrera para alcanzarlo. Porque precisamente Howard Carter, con sólo 17 años, sólo sabía dibujar. Ciertamente muy bien, está claro. Pero todo lo que aconteció después se lo ganó a pulso aprendiendo de forma autodidacta. Y no sólo él, también Evelyn Herbert que como mujer, estar ahí ya era un triunfo. Un dibujante con un don especial para plasmar en papel aquello que veían sus ojos. Y dibujante que acabó teniendo el respeto de todo aquel que se preciara en la época de ser arqueólogo. Y que hoy en día, es recordado como tal.

Y descubrir cosas maravillosas… Completar esa línea en la historia antigua que aún queda por rellenar. Porque no todo está descubierto. Carter demostró a la gente de su época que ya no daba nada por lo que pudiera sacarse del Valle de Los Reyes, que aún había mucho que aprender de Egipto.

A día de hoy, aún hay muchos espacios en blanco de su historia. Y como una vez alguien me dijo: «Egipto dejará de ser un misterio el día que se haya extraído toda la arena que la cubre. Es cosa de una buena escoba». Y arena tiene mucha.

Aprovecho para recomendar el nuevo libro (bueno, no tan nuevo, se publicó en 2012) de otro de mis autores favoritos en estos menesteres. He leído todo lo que ha escrito desde que comenzara su carrera. Amante incondicional de Egipto, su último libro, por primera vez, se centra en contar en formato novela (algo que hasta ahora con sus libros sobre Egipto no ha ocurrido nunca) precisamente lo que Howard Carter descubrió en 1922. La tumba de Tutankhamón. Nacho Ares, su autor, nos lleva a la época en que Carter echa ese primer vistazo al otro lado de un muro blanco un 26 de noviembre de 1922. Su preámbulo te traslada justo a ese momento, en el que hace un agujero en él, y mira lo que durante siglos lleva escondido al otro lado. Así se hizo historia, y así comienza su relato.

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